Buen tarde, yo me llamo José Cartucho y los saludo como un gran inventor.
Aquí y ahora, en esta tarde de un domingo de rotos vivientes, refugiado en un cuarto con olor a pedo porque el fernet que te tomaste ayer sigue dando revoluciones en tu sistema digestivo, y luego de dar más vueltas que mi vieja en un falabella lo exporta con pedorra salida de audio y olfato, yo estoy aquí con ustedes, reportando. Ya que el olor a pedo me molesta, como buen científico, me pongo a averiguar su fuente para a) cortarla con eso de tirarse pedos y ahogarse en su propio pedorridad b) entender porque tengo el cenicero lleno entre fasos y nostalgia, una botella de jose cuervo clasica vacia sobre la cabeza, otra de havana club bajo el brazo, otra de smirnoff en el culo, otra de 1882 encimada arriba del ventilador, y 11 envases retornables alineadas perfectamente sobre la pared. No entiendo, déjeme recordarlo. La puta que te parió, dejame recordarlo.
Ah, sí, todo comenzó ayer... una divina fiesta hubo en mi casa. Pero ni hoy ni ahora ni este lugar es momento para recontar los acontecimientos de ayer. En mi biblia sería pecar, en mi ley sería ilegal, en mi cocaína sería estornudar y en mi faso sería que se me caiga arriba de la gorra de un policía desde el balcòn de un tercer piso mientras me hago el cancherito (para las chicas) apoyándome sobre la baranda. La baranda a faso!
Siento que era momento de meter una entrada, porque ya entendí como loguearme al blogspot. No es un domingo con muchas ideas en el aire, me siento poco inspirado. Necesito una grande de muzza.
Llamamos?
